Inevitablemente, ha de procederse con mucho cuidado y fuerte
determinación para sacar el máximo provecho a la enseñanza que nos ofrece el
dilatado y proteico presente. Tener un interlocutor ayuda mucho: al establecer
diálogo, dos entidades diferenciadas se dificultan el caer en el
ensimismamiento, la ensoñación y el partidismo, promoviéndose así una
dialéctica que busca la concordia.
Todo lo que puedo hacer, decir o pensar es en presente. Toda
opción está contenida en el presente, un presente continuo en perpetua
transformación. Vivir en presente no es algo que elegimos, nos viene regalado
de modo tan impositivo que resulta complicado idear una forma de existencia que
discurra de otro modo. Todo lo que tiene existencia existe ahora. (En este
punto estoy tentado de traer a colación a cierta persona que trató de explicar
una actividad en diferido y salió muy mal parada, pero no viene al caso y me
reprimo). Contamos, es cierto, con acontecimientos narrados en diferentes
formatos que nos transmiten escenas pretendidamente sucedientes en tiempos más
o menos remotos o imaginarios, pero lo más fácil e inmediato es inferir que
todas ellas se compusieron presencialmente durante un periodo más o menos
dilatado de tiempo presente. Lo que cuenta es el resultado al que accedemos y
la información que extraemos, todo contenido en un presente vivo en continuo
movimiento, para tratar del cual disponemos de una serie de divisiones más o
menos artificiales y arbitrarias, y hablamos de un antes y de un después tan
imaginarios como el ahora efímero y relativo que salta de instante a instante:
mero lenguaje. En un mundo así descuartizado sólo impera la agonía de lo que se
descompone. Únicamente lo íntegro e indiviso vive. Animales parlantes se
entretienen hilando palabras con las que tejer retales de relato en los que
reflejar esa totalidad. Pura actividad, condenada a desvanecerse como espuma.
Todo lo que necesitamos saber está delante nuestro, aquí y ahora. Somos esto
que vive y muere. Saludamos a lo que permanece.
Salud y buena guardia.
Pero Grullo
No hay comentarios:
Publicar un comentario