domingo, 28 de junio de 2015

Recordar

La palabra ‘recordar’ proviene de un término en latín que redunda en el corazón, ‘cordis’ (de donde también procede la palabra ‘cordial’), lo que sugiere el continuo repaso del flujo sanguíneo por el corazón, algo que reconforta, calienta y permite la continuidad de la vida como una actualización del sentimiento. Resulta chocante que la palabra resentimiento se asocie más al aspecto negativo como huella de rencor, también la palabra incordio tiene connotaciones negativas, pero no es esa la dirección que me propongo seguir ahora sino más la de incidir en el corazón como motor de búsqueda de afectos solidarios. Recordar a los ausentes es acercarlos a un espacio tan íntimo como el subcutáneo, pasar de extrañar a entrañar, dejar de sentir su falta y pasar a incorporar, asimilar su cualidad de entrañable, interiorizar, ser uno mismo con el otro, andar acompañado de sus afectos encauzándolos en nuestro camino, dejando a la vez ser y estar al otro dondequiera que esté y lo que quiera que sea. Soltar y dejar ir y venir los acontecimientos como quien respira. Aspirar, expirar, hasta el último aliento. Acompasar el paso, pulsar sentimientos compartidos, hacer copartícipes. Tantas personas, tantos recuerdos. Cada uno con su singularidad. Arrieros somos, por el camino nos encontramos. Tantos encuentros, tantas despedidas. Pero ya no somos los mismos, algo nos han aportado. Ojalá pueda yo aportar algo. Gracias.






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